Hablemos de la frase Calidad Un estilo de vida. Cuando oímos la palabra “Calidad”, luego la asociamos a productos o servicios que satisfacen las necesidades y expectativas de los clientes. De hecho, esta es la gran esencia, después de todo, tener calidad en los procesos productivos y administrativos garantizará la ¡sostenibilidad corporativa!
Pero la calidad va mucho más allá. A lo largo de casi ocho años de experiencia en esta área, entre los diversos entrenamientos y clases que ya ministré, suelo definirla mucho más allá de requisitos, normas, reglas y procedimientos, mucho más allá, incluso, de las propias empresas. Y es sobre eso que voy a hablar en este artículo:
La calidad aplicada en el día a día
La calidad puede (y va) superar los límites institucionales.
Pero Larissa, ¿qué significa eso? ¡Significa que puedo traer los conceptos de calidad para las más simples rutinas! ¿Cuántas veces te has encontrado con la necesidad de preparar una cena para los amigos y no tenía los ingredientes necesarios? ¿O se olvidó de un compromiso importante? ¿O no, no pagó un boleto en el plazo establecido?
Eso todo es falta de planear la semana que está por venir, ¿no? De analizar las tareas y definir prioridades, ver lo que está pendiente, lo que funcionó bien o equivocado la semana anterior. ¿Y si vamos a pensar, la primera etapa del PDCA no es justamente el plan (planificar)?
La ausencia de la planificación semanal retrasa nuestras actividades, pues nos hace tener desperdicios e imprevistos, lo que trae como consecuencia la “falta de tiempo” para hacer cualquier cosa que sea. Incluso cuidar, practicar actividades físicas, tener una alimentación balanceada y horas suficientes de sueño.
¡Es necesario más calidad y productividad en nuestros días!
Para mí, la calidad es un conjunto de buenas prácticas, desde la organización de archivos, de información en una hoja de trabajo, ¡hasta la organización de mi vida personal!
Es necesario tener salud, por medio de hábitos saludables, para que podamos desempeñar todas las atribuciones que nos han sido confiadas de la forma más productiva posible. Es necesario buscar el equilibrio de las actividades, después de todo no es para ser óptimo en el trabajo y ausente en casa, así como no es productivo ser óptimo en la vida personal y ser descuidado con las actividades profesionales.
Si no hay este equilibrio, la vida puede convertirse en un caos y afectar a todas las “partes interesadas“. Por eso, la calidad no es “sólo para la empresa”, ¡la calidad es un estilo de vida!